miércoles, 13 de marzo de 2013

14 de Marzo

¿Quieres saber cuándo dejé de pensar en ti?¿Cuándo dejé de querer tus llamadas, y buscarte en la oscuridad de la noche?
Cuando me mentiste por primera vez.
Ahí me di cuenta de que no eras el príncipe verde que yo creía. O el que me hacías creer.
En pleno ataque de rabia revolví todas tus cosas, revisé tus mensaje, volví a oler tus boxers del cajón y tu pañuelo, aquel de colores pálidos que tanto te gustaba llevar.
Y en el fondo del segundo cajón encontré tu poesía.
Aquella que empezaba con " quiero un pedazo de sol, un poquito de luna, una mijilla de color, y estar a tu lado..."
Y después de un par de versos te quedaste sin forma de terminarla. No encontrabas palabra que rimara de manera que el broche de ella fuera perfecto. Y yo lo hice por ti, y lancé una sonrisa y un guiño al destino cuando descubrí que la palabra mentiroso encajaba a la perfección al final de tu poema. Tomé un rotulador rojo intenso del lapicero y con una caligrafía pulcra, aunque dolida, escribí mentiroso en letras grandes, intentando dañar al minimo la estética del escrito.
Y lo conseguí. Y cogí una maleta pequeña del altillo y metí alli todas tus cosas. Tus boxers usados, y los limpios, la carta, el pijama que tenías en mi casa y tu cepillo de dientes.
Cogí líquido de mecheros que mi hermano compró en un viaje a Portugal y rocié con ello tus cosas. Después de pensarlo mucho, les prendí fuego a todas. Seguidamente, les hice mil fotos mientras ardían y te las mandé. Una vez las llamas lo consumieron todo, tiré los restos a la basura, cerrando así esa etapa, la tuya.
Y lo hice de la mejor manera que pude, quemando todo rastro de dolor y atando tu pañuelo al cabecero de mi cama. Si, ese de colores pálidos que tanto te gustaba usar.

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