lunes, 25 de marzo de 2013

25 de Marzo.

Te acercaste a mi de entre toda aquella gente, en medio de la gran estación de Victoria. Me dijiste que te gustaba mi camiseta, que era lo que te había echo decidirte a ir a hablarme. Intercambiaste una sonrisa y pude ver tus perfectos dientes blancos protegiendo unos ojos marrones casi perfectos. 
Me preguntaste que hacía por Londres, que si era mi primera vez, que dónde me alojaba,... y yo distraido, te respondí que si tanto se me notaba que era turista, y que iba a buscarme la vida, en plan mochilero, con ganas de encontrar trabajo.
Me diste una tarjeta, y entonces supe que eras fotógrafo. Eso y que te llamabas Jack, lo cual me hizo reir al comprobar que el destino me estaba lanzando una carta. 
Saqué mi recién estrenado móvil y miré la hora. Justo la hora del té. 
Te dije que fuéramos al Starbucks más cercano,  que yo invitaba, y bajo un cartel gigante de 3x2 en lencería, me confesaste que estabas en Londres por amor. Para encontrarlo, más concretamente.
Fui a contactos e introduje tu número, y sonriendo te saqué una foto. Saliste hablando, pero a mi no me importaba, porque en mi mente había mil y un momentos grabados para reconocerte cuando viera tu número. 
Entre risas te dije que cómo querías que te guardara en la guía, que todas las personas importantes figuraban allí con apodos, nombres en clave,... y me dijiste que "future lover" estaba bien. Yo te dije que mi inglés no era muy profesional, pero que eso lo había entendido, y que me pareció perfecto. Y así comenzó mi extraña aventura con el caballero británico.

domingo, 24 de marzo de 2013

24 de Marzo.

Entras apresurado a la habitación y vas directo a la mesa. Empiezas a revolverlo todo como buscando algo, pero no me diriges la palabra ni yo te quiero preguntar tampoco.
Sobre la mesa, el boarding pass de nuestro último viaje a Turquía, recuerdo que por ti nunca tiraré. El libro de espiritualidad mahoista también descansa sobre ella, y recuerdo todo lo que has cambiado desde que lo leiste.
Encuentras una pequeña memoria USB, y con alto cuidado la envuelves en un pañuelo de papel y te la guardas en el bolsillo. Me miras sin ver y te vas de la habitación. Y yo me quedo allí, con un pequeño interés de abrir el libro mahoista, ardiendo en deseos de ver lo que contenía el USB, y con la comida en la mesa enfriándose.

miércoles, 20 de marzo de 2013

20 de Marzo

Y un día de mediados de Marzo, Joseph desapareció.
Charles estuvo llamandole toda la mañana, en conferencia internacional, intentando dar con él. Le mandó mil y pico mensajes, y ni la distancia que los separaban, ni los océanos que los dividían puedieron evitar que charles no cesara en su intento de dar con él.
Desde los 3 años en los que llevaban conociendose, y pese a que pertenecían a continentes opuestos, Charles no pudo dejar de sentir una intranquila opresión naciente en su pecho.
Ni los tsunamis, ni los terremotos habían podido con ellos. Fue una mafia mexicana, la que un día de mediados de marzo, se llevó a Joseph.

viernes, 15 de marzo de 2013

15 de Marzo

Perdoname por cagarla. Por hacerte sentir especial en un momento, y arrebatartelo todo al siguiente.
Perdona mis mentiras, aunque no dijera ninguna, y perdona mis tonterias, ya que ponen luz a mi vida, e intento iluminar con ellas tus días.
Perdóname por querer tenerte a mi lado todo el rato, pero no me imagino otra manera de atarte, que no te escapes.
Perdón por confundirte, por ser tan tonto a veces, y por hacer que desesperes.
Perdón por todo esto y más, pero hace mucho que no siento lo mismo, y estoy tan oxidado que intento demostrarlo de maneras torpes y difíciles.

jueves, 14 de marzo de 2013

14 de Marzo.

Llega apresurado de la calle. Una pelea, necesidad de evasión y todos aquellos demonios que, día tras día, se apoderan de su mente y de su corazón.
Abre la puerta con extrema lentitud, intentando que los menores ruidos salgan de ella. Apresurado musita un leve "hola" hacia el salón, y rápido se dirige al cuarto. Lo suelta todo rápidamente y corre a encerrarse en el baño.
Enciende la radio de fondo, y en sus auriculares suena P!nk. Baila como loco al ritmo de la música, hasta que llega la primera arcada. Y entonces comprende que no puede luchar contra ello, su cuerpo y su mente saben lo que les conviene. Sube el volumen de la radio al máximo. Tanto que agota incluso sus pensamientos.
Ahora, mágicamente, es en la radio donde suena P!nk, con esa canción suya tan cañera.
La segunda arcada tampoco tarda en llegar, pero termina resultando igual de inefectiva como la primera. Se abandona y se deja caer en el frío suelo, y después, sin pensarlo, se mete un dedo y acaricia la campanilla.
Esta tercera arcada es más potente, pero también se queda en un mero proceso inconcluso.
"puedes hacerlo mejor" se grita a sí mismo, por encima de la música. Y entonces introduce esta vez dos dedos con la mayor brusquedad de la que dispone. Y se abandona a ello...

miércoles, 13 de marzo de 2013

14 de Marzo

¿Quieres saber cuándo dejé de pensar en ti?¿Cuándo dejé de querer tus llamadas, y buscarte en la oscuridad de la noche?
Cuando me mentiste por primera vez.
Ahí me di cuenta de que no eras el príncipe verde que yo creía. O el que me hacías creer.
En pleno ataque de rabia revolví todas tus cosas, revisé tus mensaje, volví a oler tus boxers del cajón y tu pañuelo, aquel de colores pálidos que tanto te gustaba llevar.
Y en el fondo del segundo cajón encontré tu poesía.
Aquella que empezaba con " quiero un pedazo de sol, un poquito de luna, una mijilla de color, y estar a tu lado..."
Y después de un par de versos te quedaste sin forma de terminarla. No encontrabas palabra que rimara de manera que el broche de ella fuera perfecto. Y yo lo hice por ti, y lancé una sonrisa y un guiño al destino cuando descubrí que la palabra mentiroso encajaba a la perfección al final de tu poema. Tomé un rotulador rojo intenso del lapicero y con una caligrafía pulcra, aunque dolida, escribí mentiroso en letras grandes, intentando dañar al minimo la estética del escrito.
Y lo conseguí. Y cogí una maleta pequeña del altillo y metí alli todas tus cosas. Tus boxers usados, y los limpios, la carta, el pijama que tenías en mi casa y tu cepillo de dientes.
Cogí líquido de mecheros que mi hermano compró en un viaje a Portugal y rocié con ello tus cosas. Después de pensarlo mucho, les prendí fuego a todas. Seguidamente, les hice mil fotos mientras ardían y te las mandé. Una vez las llamas lo consumieron todo, tiré los restos a la basura, cerrando así esa etapa, la tuya.
Y lo hice de la mejor manera que pude, quemando todo rastro de dolor y atando tu pañuelo al cabecero de mi cama. Si, ese de colores pálidos que tanto te gustaba usar.

sábado, 9 de marzo de 2013

9 de Marzo. And then there were you.

Y entonces...Y entonces llegaste tú. En realidad llevabas mucho tiempo aquí, pero yo empecé a verte recién. Y me hiciste olvidar los porqué, los peros y la experiencia previa.
Me enseñaste a besar, a tocar a alguien, a querer; y, más adelante, a amar.
Me acostumbré  a dormir a diario contigo, a soñar que no te tenía para poder despertar aliviado y con una sonrisa.
Te conté mil hazañas de príncipes y princesas, frágiles doncellas que peleaban a caballo y dragones cariñosos que no comen personas.
Ideé mil y un mundos en el que perdernos juntos. Las nubes, testigos de nuestro amor y mi deliranza. El colchón, soporte de ochocientas batallas que allí tuvieron lugar.
Pero entonces, desapareciste. No fue tu culpa, ni fue mía  pero el sol salió y tú te derretiste. Y yo me desperté de ese increible sueño que había vivido durante tanto tiempo...

viernes, 8 de marzo de 2013

8 de Marzo.

Quedamos a las 6 en un pequeño café de cerca de Gran Vía. Llegas tarde excusandote en el metro. Que te has perdido, que te pasaste un par de paradas y al final decidiste venir corriendo desde Ópera. Te pides una Coca-cola y me dices en tono distraido que te casas, pero que quieres que yo sea el novio. Te miro extrañado y digo que si, que justo ese día te veo más verde que de costumbre, y que cuanto antes, mejor.
Me escribes en una servilleta de papel un poema que improvisas sobre la marcha. Me gusta tanto que rompo a llorar. Me lo quitas, lo rompes en pequeños pedazos y lo tiras en la Coca-cola. Lloro aún más, y entonces, me dices que me quieres, y que nunca nada nos va a separar. Ni la Coca-cola.

jueves, 7 de marzo de 2013

7 de Marzo.

Y entonces te vi acercarte a lo lejos por entre la multitud.
En un perfecto español, con acento de castilla me dijiste que no sabías el idioma, que si por favor te lo podía enseñar.
Me quedé parado durante un segundo y después me fijé en tu cara divertida y tu sonrisa pícara. Por supuesto respondí que sí. Porque sabía que probablemente aprendería más del idioma yo que tú; pero te habías acercado para conocerme. Y eso me hizo sentir especial. Special like crazy

miércoles, 6 de marzo de 2013

6 de Marzo, de tarde.

Todo comenzó cuando me dijiste que buscabas a tu príncipe verde, porque estabas cansado de los estereotipos azules, y mucho más de que te los impusieran. Ahí supe que eras para mí, porque mi color preferido es el verde pistacho, y porque me gusta pasear descalzo sobre la hierba. Y porque cuando estoy triste miro para arriba y pienso que el cielo debería ser verde. Porque sería verde y estarías tú. y eso sería especial y mágico. Mágicamente verde.

6 de Marzo.

Todo comenzó cuando te dije que iba a ser tío.
Tú empezaste diciendo que estabas muy nervioso, que te encantaban los críos y que tenías mucho que hacer antes de que el niño viniera.
Dijiste que tenías que aprender a preparar biberones, a poner pañales, y que practicarías con los muñecos de tu hermana. Empezaste a hablar muy de prisa y los ojos se te llenaron de lágrimas. Me asustaste, y te pregunté qué te pasaba. Me miraste y me diste las gracias por haberte hecho tío.
No te entendí bien, pero no diste lugar a más.
 Me diste el primer mejor beso de toda la historia. Y entonces entendí que tú eras mio, y que siempre ibas a serlo.

martes, 5 de marzo de 2013

5 de Marzo.

Últimamente no escribo nada, apenas tuteo y mi whatsapp está libre casi siempre.
He pasado uno de los fines de semana podría decir "más duros" o al menos, el más duro que recuerdo desde que estoy en Ávila.
Entre los problemas varios, que los ha habido, las discusiones varias, que las ha habido, y las emociones a flor de piel, creo que demasiado aguanté. Por eso, entre otras cosas, en cuanto llegué ayer, enfermé. Por suerte hoy he pasado el día en cama, y mañana lo pasaré igual. Esperemos que sirva para cargar pilas y abandonar malos sentimientos afuera.