Ayer tenía una entrada muy bonita preparada, pero me dieron una mala noticia, así que justo lo que quería contar cambió de rumbo. Eso no excusa que esta entrada llegue tarde; pero como compensación voy a hacer dos. Una por ayer, y otra por hoy.
Porque lo prometido es deuda, y los lectores, exigentes. Va por vosotros.
"Quería contaros que la primera vez que me rompieron el corazón tenía yo siete años. Y me lo rompieron de verdad. No fue belleza, tampoco simpatía extrema. Me rompieron el corazón a base de bien. Fue un día como otro cualquiera, y yo hacía lo de siempre, jugar en los columpios de la playa. Entonces apareció él. Y tenía un año más, pero a mi no me importaba. No era simple amor, era puro, casto, amistad. me llenó compartiendo toda la tarde conmigo, correteando juntos, volando por ahí. Pero no duró mucho.
Todavía le recuerdo hoy, con su pulcra melena oscura, su sonrisa infantil y aspecto eterno. A veces nos encontramos. Sigue siendo aquel chico joven, apuesto y responsable. Sigo viéndole salir de misa, escondido en unos arbustos, espiando un sueño.
Porque siempre he soñado con un amor así. Puro, casto, infantil..."
Y es por eso que no me apetecía escribir una entrada como esta.
El año pasado conocí a Javi y Paula.
Vivían juntos, y eran la pareja perfecta. Ella llevaba los pantalones; era celosa y posesiva. Pero eran muy felices. MUY felices.
La gente se metía con ellos, porque llevaban una vida de casado. 20 años, encerrados en casa manteniendo vida de cuarentones. Pero, ¿Y qué? Para mi eran mi modelo de vida. Me encantaba verles discutir, decirse cosas bonitas, vivir el mundo por y para el otro. Eran mis ídolos.
Este año, es cuando más contacto y cariño les he cogido. Se han convertido en un importantísimo punto de apoyo, en muy buenos amigos, en los mejores, aún a riesgo de que me traicionen mis sentimientos.
Por Javi siento algo super super bueno. Amor. Pero amor del bueno, del fraternal, no del otro. Lo quiero como a un hermano, como a un hermano con el que no peleas, sólo hay risas y bromas, y que están ahí para todo.
Javi y Paula, después de tres años, de pasar por "el qué dirán" y todo eso, han roto.
LA pareja perfecta, el matrimonio sin hijos, lo han dejado.
Llamé a Javi, y le dije que me apetecía verlos y que vinieran a casa, y media hora después los tenía aquí.
Ella entró tan normal, dicharachera como siempre, sonriendo y risueña. Él tenia los ojos hinchados y estaba serio. Le pregunté si estaba resfriado, y me dijo que no, que ahora nos contarían.
Después de un rato mirándonos entre todos, Paula, sonriendo me miró y con voz tranquila me dijo "Javi y yo lo hemos dejado".
Me quedé pasmado. Fue como si en un segundo, el amor eterno se hubiera roto.Como si algo en lo que has creído toda tu vida, te dicen que es mentira. No supe que hacer, así que me quedé callado y mirándola fijamente. Porque uno de mis defectos es que las situaciones que precisan seriedad me ponen muy nervioso. Nervioso y me hacen reírme, y fue por eso mismo que me quedé callado. Quería decir que El día de los inocentes ya había pasado, que mi corazón no estaba para sustos ni para bromas; pero simplemente, me callé.
Después de un rato hacerla sentir mal, Paula me pidió que no la mirara así. Me aclaré la garganta y me reí. Una carcajada nerviosa. Y dije que no me lo esperaba. Para nada.
Se les veía tan felices que no podía creérmelo simplemente confiaba en que fuera una broma, una de mal gusto, pero broma al fin y al cabo.
Javi se quedó mirando al suelo, con los ojos vidriosos y entonces comprendí que era de verdad. No entendía. No quería entender. Me giré a ella y le dije que porqué, y me respondió que estaba cansada, que la convivencia 24 horas era dura. Cansada, y que apareció Manolo.
Para que os hagáis una idea, Manolo es el típico nadador, modelo de ropa interior; metro ochenta, musculado hasta las cejas, bronceado, y, para variar. soltero. Un Don Juan en toda regla.
El típico chico gordito y feo que se convirtió en cisne. Muy del estilo Taylor Lautner, lo sé.
Entonces Paula empezó a enseñar fotos de él, a contar que se habían liado, que tenía ganas de verle,... y el pobre Javi delante, mirando sin ver.
No juzguen a la pobre de Paula. Yo ayer lo hice, y después de darle vueltas a la cabeza durante una noche entera, he llegado a la conclusión de que entiendo su postura y cada cosa que hace; que pone a Javi en una prueba, para que cambie, la reconquiste y volver a vivir su idílica historia de amor.
Sólo el tiempo dirá que será de ellos. Espero que todo se solucione, de todo corazón. Que se encienda la llama, que prenda con fuerza, y que queme todo a su paso, Taylors Lautners incluidos.
Hagan sus apuestas, las espero encantado.
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