Como si me hubiera dado una sobredosis de cualquier fármaco depresor del Sistema Nervioso Central. Me cuesta respirar, mi corazón va acelerado y la cabeza no deja de darme vueltas.
No puedo enfocar la vista, tengo ganas de vomitar, me tiemblan manos y piernas y me molesta la luz.
Como cuando bebes un poco de alcohol, y estás chispado pero no borracho del todo. Igual, pero a lo bestia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario