Y dale la mula al trigo, el problema no son los examenes. El problema no es del frío. Ni de la gente. Ni de la mala música. Ni de la buena. Ni las lecturas a deshoras. Ni los malos lectores. Ni el té manío. Ni los panchitos correosos. Ni los filetes podridos. Y podría seguir así hasta llenar tres webs.
El problema, soy YO.
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