miércoles, 31 de julio de 2013

31 de Julio. Bienvenido Mr. Agosto. Abula 1.

"Caminando por un puente de madera. Arriba, una nube de polvo negro que oculta todo. Abajo, todo un mar de lava."

Te das cuenta de que necesitas soledad cuando te ahogas entre la gente. Y entonces, te das cuenta de que te encanta escuchar, pero también a veces necesitas hablar.
Y que llevas un montón de tiempo con el pecho oprimido, encogiéndote el corazón.
Porque sabes que tienes un montón de problemas encima. Y tal vez no quieras contarlos, o quizás no lo necesites, pero te están consumiendo. Y te consumen desde dentro. Desgarrando con una fuerza sobrenatural.
Y cierras los ojos, y los vas enumerando uno a uno, y acercas una balanza.
En un lado pones los motivos para los que debes darle importancia a ese problema y en el otro lado los motivos que tienes para dejar de pensar en ellos.
Pero al final termina ganando que le des importancia. Y te abandonas, porque no sabes qué hacer ni qué decir.
Es cuando te acuerdas de cuando eras pequeño, que con sólo esconder la cabeza en la arena, o pedirle ayuda a tus padres, los problemas huían lejos. Pero tu has crecido, y contigo los problemas; y ya no puedes lanzarselos a los demás para que luchen por ti. Tienes que enfrentarte a ellos.
Lanzas la vista en retrospectiva hacia atrás, y recuerdas como y quién eras hace un año, quien sigue a tu lado, quién se fue, y quien botaste lejos.
Y piensas inevitablemente en las peliculas Disney, en el ciclo de la vida, y que, inevitablemente, eso sucede siempre a todo el mundo.
Pero tu estás harto. Harto de perder gente por el camino. Gente que merece la pena, gente que quieres de verdad.

Y entonces recibes una llamada y te caes al suelo, impotente. Ni siquiera respondes. Cuelgas y te sumes en un llanto incontenible. Por tu mente pasan estos dos años y todas las personas que lo han llenado de buenos y malos momentos. Porque los ha habido, ha habido muy malos momentos, pero ¡al cuerno con ellos!.

¿Acaso los buenos no valen nada?
Ese sitio para ti, supuso el comienzo del resto de tu vida. Te sentiste querido y valorado, pero ahora le dices adiós. Inevitable que duela, ¿no?

Y aunque hay tanta gente allí a quien echar de menos, tu sabes que en el fondo, con fuerza, sólo hay dos personas a las que meterías en tu maleta contigo. Cada una por un motivo diferente.
Y cierras nuevamente los ojos y despacito empiezas a hacer un retrato psico-emocional de cada uno de ellos. Y de ti estando con ellos.

María.
La primera impresión no fue nada buena. Una chica prepotente, borde, mala gente y, aunque le joda, CHUNGA.
Por suerte no te quedaste ahí, y decidiste conocerla más.
Humilde, generosa, con un corazón de los que no dejan indiferente. Da la cara por sus amigos aunque le cueste la suya. Es como un angel de la guarda. Una personita de esas que ayudan a los que quiere sin esperar nada a cambio. Porque es así.
De naturaleza borde con cojones, pero sólo con aquellos que le son indiferentes.
Cómo empezar el día con un chupachúps, o una piruleta, o simplemente una sonrisa. Porque sonrisas ella regala a diario. Porque incluso cuando pelea con el novio, o le echa de menos, o tiene mil y un problemas en casa, hace que sonrias. Te dice cualquier tontería, te da un abrazo, y tu te ríes. Y como para no hacerlo.
Porque tiene un gancho que envidiarían muchos, porque te mete un puñetazo y te deja tirado de dolor. Eso dicen, aunque pocos lo pueden contar.
Bromas aparte, hay tantas cosas que extrañar, que nosé por dónde empezar.
Ese "pito y sal" cuando la recogía en su puerta, ese "no quiero más brownie" que acababa llevandose lo sobrante a casa. Esas lagrimas que se escapaban y que no debían. Porque en el fondo María es igualita a mi. Porque se encierra para que no le hagan daño, y porque dice que no quiere hablar de algo, y después es ella la que termina contandotelo.
Porque gracias a ella he sacado un poco de carácter al volante (demasiado para mi madre).
Porque hay una magia inexplicable que me hace echarle de menos.
Porque es mi ángel de la guarda, y creo que eso es muy dificil de agradecer, y estaré toda la vida agradecido.
Porque la quiero por eso y más, y porque ni la distancia ni nada va a cambiarlo.
Porque vamos a emigrar juntos del pais cuando terminemos la carrera buscando trabajo.
Y porque sí.
Va por ti.

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