lunes, 15 de julio de 2013

16 de Julio. II parte

Te pienso. Pero no. Pero no quiero hacerlo.
Tengo tal cacao en la mente, que necesitaría al mismisimo Freud para que intentara desenredarme.
Incluso con  Shopenheuer podría valerme.
Pero ante todo, me encantaría estar en tu cabeza.
De manera literal. Que pensaras tanto en mi, y yo saber lo que piensas. Y pensar que piensas que no sé que lo piensas.
Y buscarte entre las tinieblas, porque iría al final del mundo, y me enfrentaría a mil monstruos, con tal de verte otra vez...
Y el problema es ese, cuando nos damos cuenta de que los mil monstruos han tenido hhijitos, y han pasado a ser familia numerosa. y entonces, solo entonces, decido pensar.

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