Uno de mis problemas es que tengo mucho aguante, demasiado quizás. Hay veces que con tal de no dañar a alguien, espero paciente vientos y mareas, sin ser capaz de admitir que me han fallado.
También soy demasiado paciente, y espero a que la gente cambie, y salga su vena "buena por naturaleza", en vez de admitir que nadie es bueno, que el mal reina sus corazones y el diablo ha comprado un piso en Manhattam para quedarse.
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